miércoles, 1 de julio de 2015

el camino de vuelta


 Escucha los cañaverales mientras se cimbrean, óyelos cómo hablan de los amigos perdidos. Cuando naciste te arrancaron de tu cama, mientras llorabas y te agarrabas a ella durante la separación.
(…)
Así somos todos siempre, anhelando encontrar nuestro camino de vuelta, de vuelta a lo único, de vuelta a lo que sólo es uno.

Donde quiera que cuento mi historia, a los tristes y a los felices, todos ellos se acercan a mi, mas solo con sus propios secretos, sin conocer nunca el mío.
También mi secreto a mí me está vedado, pues la luz solo brilla en el exterior.
El cuerpo y el alma son amigos íntimos, mas el alma permanece secreta para todos.

El sonido del cañaveral no es el del viento, sino el del fuego, y sin ese fuego nada somos.
El fuego del cañaveral es el fuego del amor, de la pasión y el calor del amor que están en el vino…

Rumi (inicio del Matnawi)





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