Sólo puedo decir en cuanto a mi admiración hacia la obra de Ramón Herreros que sus obras y el horizonte de Arcos, renacido cada día, dan vida a mi casa, a La Casa Grande a través de múltiples, queridos y espléndidos balcones y ventanas.
Juan Mariscal, que tiene ya muchas estimadas ventanas en blanco y negro en la galería y el patio, detuvo de nuevo su mirada en la obra de Herreros durante la celebración del premio de fotografía de este año. Estas son algunas de las hermosas fotografías de este encuentro.