Tras un invierno largo y bastante lluvioso, de repente parece que más que la primavera llegó el verano.
El furor aromático de las flores de azahar en la plaza o en las calles de Arcos de la Frontera ya está remitiendo, pero La Casa Grande se ha llenado estos días de flores e impregnado de aromas delicados.
Isabel, una amiga me trajo unas rosas fragantes y aterciopeladas de su jardín, Beatriz, iris y espliego de su parcela, yo me entretuve recogiendo margaritas silvestres en un prado, las orquídeas que sesteaban hasta hace pocas semanas, una vez han pasado los nubarrones, han decidido a desplegarse -excepto una valiente y casi perenne que sigue floreciendo sin parar desde septiembre del año pasado y no lleva trazas de querer pasar a la hibernación-, las hortensias se asoman de nuevo al balcón y, ¡por fin! hemos vuelto a replantar las macetas de la calle. ¡Benditas flores que alegran alegran nuestros sentidos y nuestro corazón!
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Después corrimos el toldo y la luz se matizó |
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Estas son mis flores de almendro o cerezo particulares... que hice con papel |